lunes, 21 de septiembre de 2009

GRANADA

Caminito del agua
mece a Granada
y la arrullan suspiros
de madrugada.
¡Reina moruna,
se juntó con tu sombra
la media luna!


(todos los derechos reservados)
GRANAINAS
La noche puso a la Alhambra
collar de gotas de luna...
y la alcazaba moruna
relucía de perla y plata,
hermosa como ninguna.
***
Como el Rey moro entregó
las llaves de su ciudad...
te tengo yo que entregar
las llaves del corazón
que ante ti se rindió ya.
***
Por los senderos del agua
se va meciendo Granada...
entre suspiro y nostalgia,
envuelta en fino misterio
como velo de sultana.
© Carmen Aguirre

sábado, 19 de septiembre de 2009

FANDANGOS, Paco Pereña

El pasado 31 de julio, fui invitada por mi gran amigo Diego Díaz Berlanga, a la Peña Flamenca de Ronda: "Tobalo y Fernanda y Bernarda". Os dejo estos fandangos interpretados por Paco Pereña, acompañado por Miguel Laín.

jueves, 10 de septiembre de 2009

LAS BANDOLÁS

La Bandolá es el fruto de la unión del verdial con
lo flamenco; y tronco del árbol genealógico de los cantes vernáculos malagueños. Su importancia estriba en que es el punto de conexión y la masa generatriz de todos los demás cantes de esta familia.

Las bandolás se desarrollan en la faja costera oriental de la provincia de Málaga y, la supremacía la ostenta Vélez-Málaga, enclavada en plena zona de cantes abandolaos. Es también en Vélez, donde por obra de Juan Breva, las bandolás adquieren su más plena configuración; y a esta ciudad se le debe la gran difusión e influencia que este cante ha tenido fuera de la provincia.


Entre las múltiples variedades de la bandolá, una de las más antigua que se conoce, es el cante de los Jabegotes, llamado popularmente cante de los marengos. Propia de las playas cercanas a la capital, debe su nombre a que la cantaban los pescadores durante las faenas más tranquilas de su quehacer cotidiano. También, aunque en menor medida, la utilizaban los cenacheros para pregonar su mercancía. La melodía de esta bandolá nos ha llegado a través de las cantaoras malagueñas Joaquina Payán, la Brígida y la Chilanga.


Que la mar está bravía
y no se puede botar.
La redes v’iá remendar
mientras espero en la orilla
a que pase el temporal.

Otro tipo de Bandolá es la Rondeña. Se trata de un fandango muy antiguo, que tomó su especial configuración durante el siglo XIX al cambiar el campo por la ciudad. Tal como hoy la conocemos es una bandolá de las más floridas.

Cuna de cantes bravíos,
la del Polo y la Rondeña...
la del romero y la breña
como un lucero prendío
de lo alto de la sierra.

La Jabera es un cante que contiene rasgos propios y, aunque arranca necesariamente del fandango abandolao, es una rama aparte que en ella termina. La cuna de este cante fue el barrio de la Trinidad, y se dice que debe su nombre a dos muchachas hermanas, que tenían un puesto de habas secas en calle Mármoles. Estas hermanas, a la hora de pregonar su mercancía, o en sus ratos de ocio, interpretaban un fandango de corte malagueño, que ellas habían configurado a su aire.


Plazuela de los Carreros,
calles: Jara y Empedrá,
Calzá de la Triniá,
en mi corazón os llevo
y no s’os puedo olvidar.


La Jabera ha estado olvidada durante mucho tiempo, cantándose únicamente en la parte de Vélez y Torrox, donde se la conocía por cante de María Tacón. Lleva sus seis tercios ligados, y pasa de los tonos graves a los agudos y viceversa. No se dan de ella variantes personales porque no se presta a ser moldeada.

Fuera de la provincia de Málaga, es en Almería, Córdoba y, sobre todo, en Lucena, donde la bandolá tiene su principal desarrollo, y adquiere una fisonomía distinta. Los fandangos de Lucena, propagados por Dolores la de la Huerta (a la cual se le atribuyen dos de ellos), y por Rafael Rivas, son motivo de orgullo para la tierra cordobesa. Sus coplas son célebres por la diversidad y gracia de sus temas.
También Cabra cuenta con sus variantes, debido al cantaor más relevante de la zona, Cayetano Muriel “Niño de Cabra; y no podemos olvidarnos de Puente Genil y su Zangano, fandango folclórico, recreado por el maestro Fosforito.

Los membrillos pintan oros
por la orilla del Genil;
y el río en su discurrir
lleva en sus aguas un tesoro.
¡Vente a la Puente a vivir!

Existen muchas variedades de bandolás, debidas a creaciones personales de cantaores malagueños, que produjeron con su fama gran número de seguidores. Así ocurre con Pérez de Guzmán, que hace suyo un fandango de Alosno amoldándolo al gusto y al toque malagueño. Del mismo modo en Granada hallaron especial eco las bandolás, y fue Frasquito Yerbabuena el creador de unos fandangos que llevan su nombre.



Repica con llanto amargo
la campana de la Vela,
y tan sólo se consuela
al escuchar los fandangos
de Frasquito Yerbabuena.

La bandolá tiene en sus notas comunes una fuerte personalidad, y es el toque de guitarra el que le imprime su carácter, que al aplicarlo a cualquier otro cante lo hace caer en el ámbito del adjetivo abandolao. Su estructura poética, es una composición de cinco versos octosílabos, con rima alterna en asonante o consonante, y que al cantarla, por repetición del primer verso se convierte en seis tercios.

Mención especial merece Antonio Ortega Escalona, de todos conocido por Juan Breva. Dotado de una gran voz y una pureza sin igual, fue el único cantaor que tuvo el honor de cantarle al Rey Alfonso XII en el Palacio Real de Madrid.
Federico García Lorca, en su Poema del Cante Jondo, le dedicó una viñeta flamenca, que decía: Juan Breva tenía/ cuerpo de gigante/ y voz de niña./ Nada como su trino./ Era la misma/ pena cantando/ detrás de una sonrisa./ Evoca los limonares/ de Málaga la dormida,/ y hay en su llanto dejos/ de sal marina./ Como Homero cantó/ ciego. Su voz tenía,/ algo de mar sin luz/ y naranja exprimida.

Juan Breva cantó por verdiales y bandolás, y sin proponérselo hizo de ellas un cante nuevo, el más difícil de todos. Tan grande fue la personalidad del genial veleño, que a partir de entonces dejaron de llamarse bandolás para ser conocidas por Cantes de Juan Breva. En estos cantes los tercios son duros y se cantan con viveza, sujetos a medida. La guitarra toca con un compás ternario y a un aire ligero, casi de verdiales. Juan Breva utilizó en su cante, junto a dos tipos de bandolás que le sirvieron de base, unos verdiales de Vélez, que aprendió de su madre, y que por su bravura hacían un remate brillantísimo.



En la Cala hay una fiesta
mi mare me va a llevar
y como iré tan compuesta
me sacarán a bailar
con mi par de castañetas.

Todo lo dicho sobre el Cante de Juan Breva, sirve también para las bandolás, de las que es el estilo más completo; y representan un eslabón intermedio en la cadena evolutiva que, arrancando de nuestros fandangos, termina en la malagueña tal como hoy la conocemos.
© Carmen Aguirre


Publicado en la Revista “Calle del Agua”, nº 2 / invierno 2004

(Bigliografía consultada: Luque Navajas, José “Málaga en el cante”- 1988)

martes, 8 de septiembre de 2009

SU MAJESTAD (a Chano Lobato)


Agradezco a mi amigo y gran guitarrista: DIEGO HERRERA, que me haya dejado su estupenda interpretacion de estos TANGUILLOS: "PLEAMAR EN LA CALETA" para acompañar uno de mis poemas. Espero que sea de su agrado estos versos que le dediqué hace unos años, al gran cantaor gaditano: CHANO LOBATO, recientemente fallecido........ aunque vivo en el recuerdo, y ya inmortal para el cante flamenco.




© Carmen Aguirre

(todos los derechos reservados)

jueves, 3 de septiembre de 2009

RONDA Y SUS CANTES


Aniya la gitana

Ronda, puntal flamenco por derecho propio. Cuna de grandes cantaores, como Tobalo, Paca Aguilera y Aniya la gitana.
Tierra madre de la rondeña, el polo, la caña y la serrana; cantes duros, de regusto antiguo, que traspasaron los límites de sus fronteras.
Ciudad hermosa, donde las haya, que ha enamorado a poetas y pintores de todas las épocas. Cuna de grandes toreros, y serrana, y flamenca. Inmortal en el tiempo y por los siglos de los siglos. Siempre Ronda, en nuestro corazón y nuestra hondura.

RONDEÑAS



SERRANAS

martes, 1 de septiembre de 2009

EL MANTÓN DE MANILA


Tiene el mantón de Manila
más de divino que humano.
En su enrejado... lo arcano,
con los flecos... te encandila,
y en un contraluz perfila
realzando de esplendores,
pájaros, ramas y flores.
Asimétrica armonía,
derroche de poesía
en conjunción de colores.

Si lo luce la mujer,
no cabe más donosura,
-en rama es canela pura-
hace al alma estremecer.
Y es maravilla de ver
desde el fin a los albores,
arabescos de primores
cuajando la seda fina.
El aire se arremolina
y el sol se prende de amores.

© Carmen Aguirre