CONFERENCIA
ÁULA DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA
EL LATIDO DE LA COPLA FLAMENCA
Carmen Aguirre
Afirmaba García
Lorca, “que una de las maravillas del cante jondo, aparte de la esencial
melódica, consiste en los poemas”. Las coplas flamencas, (que así es como las
llamamos los que andamos metidos por estos andurriales), nos trasmiten los
pensamientos más profundos, alcanzando, en su gran mayoría, una especial altura
lírica, que raramente se encuentra en la poesía culta.”
Decía Manuel de Falla
“que en el canto popular importa más el espíritu que la letra”. Todos sabemos
que el cantaor, simplemente con sus ayeos, su gesto o su quejío, puede tensar
la cuerda de la emoción… pero en su conjunto, el cante flamenco necesita de la
palabra para expresar los sentimientos y dar su mensaje de dolor o de alegría;
ya que la copla es el punto de contacto oral entre el que canta y el que
escucha. Bien podríamos decir, como Luis Rosales, que la letra es, finalmente,
el latido de la sangre... y despierta en nosotros la emoción de lo personal.
En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.
Estos cantares son
de Antonio Machado; y muchos poetas de fama universal, han entremezclado en sus poemas, coplas llenitas del acento
popular.
Así dice Alberti:
Así dice Alberti:
Quiero un pañuelo bordado
que tenga en sus cuatro picos
tu corazón dibujado.
Mi experiencia dentro de este mundo, es muy
gratificante respecto al enriquecimiento de mi yo; puesto que descubrí hace ya
unos cuantos años, que a través de la poesía flamenca, podía expresar todo lo
que llevaba en mis adentros. Porque el
flamenco es un sagrado rito, en el cual los corazones sienten, con toda fuerza:
el ritmo del amor, la hiel que destila el desamor, la alegría y el
desconsuelo…. En fin, la inexplicable razón de la sinrazón que nos arrastra
inexorablemente a fundirnos en un estrecho abrazo. Liberamos, entonces, -con la
palabra- lo más íntimo de nuestro ser.
En este poema que
diré a continuación, trato de resumir lo que para mí encierran las coplas
flamencas.
¡Coplas!...
Coplas de mi Andalucía,
las que encierran el misterio
de la muerte y de la vida.
¡Coplas!
Coplas de la pena amarga,
lamentos del corazón,
puñalito en las entrañas.
¡Coplas!
Coplas con su sombra y luz,
con su hiel y con su gloria,
con su cara y con su cruz.
¡Coplas!
Coplas que salen del alma,
ramitos de sentimientos
entre la miel y la lágrima.
¡Coplas!
del pasado y del presente,
del recuerdo y del olvido,
de la vida y de la muerte.
¡Coplas!.....
¡Coplas de la tierra mía!
De todos es
sabido, que debemos ajustarnos al esquema métrico y rítmico del flamenco, y
dependiendo del palo, la copla tiene una métrica y una temática diferente,
aunque hemos visto que en algunos casos la misma letra se hace por distintos palos.
Por ejemplo, este
Fandango de Lucena, que hacía Rafael Rivas, lo mete nuestro gran Antonio de
Canillas, por cantes del Piyayo :
La mujer que a su marío
le toma aborrecimiento,
o está loca del sentío,
o es que quiere otro instrumento
que tenga mejor sonío.
***
Las coplas flamencas las podemos agrupar en diferentes
apartados, bien sea por temática, por métrica o por lírica. No es lo mismo hacer una letra por alegrías
que por seguiriyas, ni tiene la misma temática unas bulerías que unas tonás.
Porque ahora, en los tiempos que corren, se escucha cada cosa, que a mí se me
caen los palitos del sombrajo . Hay una grabación por tonás, de hace unos
cuantos años, que empieza así: “Me había enseñaíto/ funcionaria su oficina”….
Y yo me pregunto… ¿qué pinta esa copla por
tonás??? Las tonás están muy relacionadas con todas las andaduras del pueblo
gitano y deben atenerse a temas
tradicionales: persecuciones, cárcel, pobreza, penas, y todo lo relativo a los ritos
laborales de esta raza, en especial a la fragua.
Yo sé que los tiempos cambian y que ya no estamos en la época
de las galeras, pero sin embargo, hay otros muchos temas de actualidad, que tal
vez se pueden adaptar a ese tipo de cantes. La guerra sigue estando a la orden del día…. Y no digamos el hambre, el terrorismo o la droga. Ya no hay galeras,
gracias a Dios, pero sí pateras.
De todas formas, a mí me provoca más los sentimientos internos:
Así, por martinetes digo:
* Tengo una pena en el pecho
que me está martirizando,
y al golpe de los martillos
más
jonda se va clavando.
* Lloré con lágrimas secas
de lo jondo del dolor,
y al fin brotaron torrente
pa aliviar mi corazón.
Las coplas
flamencas requieren un vocabulario sencillo, que es el que habla el pueblo,
aquí no valen los rebuscamientos ni las florituras, porque nada hay menos
flamenco que darles un lenguaje
demasiado sofisticado. Fijaros, con cuánta flamencura y sencillez se expresaba
D. Manuel Machado en esta soleá:
Al cielo no miro yo,
porque me miro en tus ojos
que son del mismo color.
De Narciso Díaz de Escobar, “Poeta de los Cantares”, he
escogido la siguiente:
No hay árbol que me de sombra,
ni fuente que me dé agua,
ni cielo que me dé sol,
ni amor que me dé esperanzas.
Y de
Salvador Rueda es esta copla:
Si quieres darme la muerte
tira donde más te agrade,
pero no en el corazón
porque allí llevo tu imagen.
Del primer Cancionero de Coplas Flamencas de Manuel
Balmaseda, (1881) es la siguiente:
Ya no tengo ná que darte,
a qué me lloras a mí,
si el remedio que tenía
era el alma y te la di.
Pues ante estas
coplas hay que descubrirse, por su belleza poética, por sus sentencias, su
claridad y su espontaneidad; porque
encierran en unos pocos versos toda la filosofía existencial de lo humano. De ahí su grandeza, que estriba en contar en
tres o cuatro tercios toda la complejidad de los más altos momentos de la vida
del hombre.
*Yo me pregunto el porqué
y no encuentro la respuesta…
Por qué Dios le da la carga
a quien le faltan las fuerzas.
Una de las
constantes en la vida, y sobre todo en el flamenco, es la muerte. Hay infinidad
de letras alusivas a ella. Porque nada hay más cierto que lo único seguro que
tenemos los mortales, es la muerte; y ésta se convierte en una presencia
obsesiva y constituye junto con el amor y la pena, una de las temáticas
fundamentales de las coplas flamencas. En nuestros cancioneros se invoca y se
maldice la muerte, se anuncia con premoniciones y se relatan sus efectos.
*Hasta a la muerte espanté,
que al verme tan desgraciao
cogió la puerta y se fue.
*Cuando yo me muera
no lloréis por mí,
que en la sepultura estará el remedio
pa’ este sinvivir.
El cante flamenco se
alimenta de lo cotidiano, y aprovecha cualquier vivencia para expresarse. Se
puede ver de hecho, en las coplas que el
Piyayo cantaba:
El día que nos casemos
tenemos que hacé un ajuste,
tú te casas con quien quiera
y yo con la que me guste.
Adiós patio de la cárcel,
rincón de la barbería,
que al que no tiene dinero
lo afeitan con agua fría.
***
Nuestro amigo y gran aficionao, el doctor D. Joaquín Martín. Nos dice en este
par de coplas, con toda la sencillez del
mundo :
Mira que de campo soy,
me gusta el amanecer,
los terrones y trigales,
la luna al anochecer
y el aire de los jarales.
Si me tengo que morir
que sea en el campo abierto,
escuchando la perdiz
y a los soníos del viento.
Esos son parte de sus sentires, y los dice con toda la
naturalidad, del pueblo llano.
Así que para él va esta copla por Serranas:
*Que tu cuerpo, serrana,
huele a canela,
a flor de mejorana
y a yerbabuena.
¡Rosas prendías
llevas en la carita,
serrana mía!
***
Por Malagueñas , escribió mi buen amigo y maestro, Paco
Acosta, las siguientes coplas:
Vivir contigo
no puedo
ni puedo
vivir sin ti,
si estás
conmigo me muero
si no estás
me echo a morir,
ya no sé ni
lo que quiero.
Al árbol de mi querer
yo le puse
cien puntales;
tan firme lo
apuntalé
que cien grandes vendavales
no lo pudieron torcer.
Por tangos de la Pirula, nos dice el poeta popular, de todos
más que conocido: Antonio Beltrán Lucena.
La siguiente:
¡Dios mío no puedo más!
Este gitano celoso,
mi cuerpo lo va a enterrar.
En la fuente donde bebo
se me aparece tu cara.
¡No me puedo resistir!
Tengo que besar el agua,
¡qué
has hecho niño de mí!
***
De mi queridísimo amigo y estupendo poeta y escritor, Paco
Urrutia, son las siguientes Soleares:
Las palabras
que se dicen
se van en alas
del viento,
lo que se
siembra en el alma
echa raíces mú adentro.
Este amor recién nacío
en la cuna de tus manos
tengo que verlo crecío.
Y de Paco
Padilla, mi hermano del verso, es el
siguiente Fandango
A mi corazón latiendo
con premura noté un día.
¿Qué te pasa? ¡no lo entiendo!,
y me contestó enseguía:
¡déjame que estoy queriendo!
****
En cuanto a la métrica de las coplas flamencas,
os diré que las estrofas más empleadas
son el tríptico, la quintilla y, sobre todo, las más numerosas son las
estrofas de cuatro versos octosílabos.
De tres versos :
Entre mi risa y tu llanto
hay un no sé qué de celos
y de olvío un no sé cuánto (Antonio
Rincón)
Pa cantar tienes que darme,
el vinillo, la guitarra
y una silla pa sentarme. (Juanita
Torres)
Por la calle de mi pena
navega mi pensamiento
como un barquito sin vela. (Paco
Rodríguez)
*¡Que si me callo reviento!
que la jiel se m’arrejunta
y me envenena por dentro.
De cuatro versos:
Andan diciendo de mí
que yo nací ya cansao;
no saben que lo aprendí
y el trabajo me ha costao. (Luis
Utrera.)
Un día el tren se me escapa
y otro lo están reparando,
y como llueve y no escampa
vengo a verte chorreando.
(Paco Acosta)
*El romero está en el campo
y la lunita en los cielos,
y el pobre corazón mío
yo no sé adónde lo tengo.
Y una quintilla por Cantes de Juan Breva:
*Hermosa tierra hechicera,
Málaga de monte y mar,
la que derrama la sal
y derrocha primavera:
¡Para ti va mi cantar!
Yo
disfruto haciendo todos los palos, pero especialmente las malagueñas, seguiriyas y soleares. La malagueña, porque aparte
de ser el cante de mi tierra, tiene que llevar unidos el sentimiento y el arte.
Es un cante profundo y melancólico, con una dulzura natural, sobre todo en el
estilo de la Trini.
La que quita la amargura,
alada cual mariposa,
con un perfume de rosa
embriagando de dulzura.
Toda llena de ternura,
de linaje y de nobleza.
El cante con más belleza,
más sentimiento y jondura
es la Malagueña pura:
¡Fuente y cuna de grandeza!
****
Haciendo por olviarte
creí que adelantaría,
cuando pasaron tres días
como loca fui a buscarte
porque ni el sueño cogía. ( de la
Trini)
*Se dice que las ausencias
son la tumba del queré….
Y yo no logro entender
que sin tener tu presencia
te quiera más cada vez.
Uno de los más
grandes poetas flamencos, como fue y seguirá siendo, Manuel Benítez Carrasco,
decía en su poema dedicado a la Seguiriya:
Con una pena sin nombre
la siguiriya se acerca
al pozo de la guitarra;
se mira en el fondo oscuro
del pozo de la guitarra;
se tira al sonoro fondo
oscuro de la guitarra;
y llora y casi se ahoga
de dolor y de guitarra;
y sube y luego se asoma
al brocal de la guitarra;
y allí canta.
Y la sangre por las venas
del alma y de la guitarra
pena y llora, canta y pena
por siguiriyas gitanas….
Porque la siguiriya
es un canto lúgubre, triste, es grito donde se vierten todas las tragedias del
ser humano.
Tan sólo la sangre
fue lo que yo vi;
y como era de mis propias venas,
yo la conocí. (Balmaseda)
La gente te píe
riqueza sobrá,
y yo te pido, Parecito mío
salú y libertá. (José
Carlos de Luna)
Las que se publican
no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas. (Manuel Machado)
de tanto penar,
y me hace falta volver
a encontrarlas
pa’ podé llorar.
Del poema del Cante Jondo, de Federico G. Lorca, he escogido:
LA SOLEÁ
Vestidas con
mantos negros
piensa que el mundo es chiquito
y el corazón es inmenso.
piensa que el mundo es chiquito
y el corazón es inmenso.
Vestida con
mantos negros.
Piensa que el
suspiro tierno
y el grito, desaparecen
en la corriente del viento.
y el grito, desaparecen
en la corriente del viento.
Vestida con
mantos negros.
Se dejó el balcón
abierto
y el alba por el balcón
desembocó todo el cielo.
y el alba por el balcón
desembocó todo el cielo.
¡Ay yayayayay,
que vestida con mantos negros!
que vestida con mantos negros!
La Soleá es el
estilo que más acaricia el pueblo, y al tener distintas variedades se presta, para que el poeta pueda traducir
todos los estados de ánimo de su espíritu: Así se puede pasar de una alegre, a
otra que cuente una queja, bien sea de celos, amores, desamores, bravatas o
maldiciones; unas más serias y otras más desenfadadas.
Cada vez que considero
que me tengo que morir,
tiendo una manta en el suelo
y me jarto de dormir.
*Lo malo no es recordarte…
lo malo es que yo no puedo
ni un momentito olvíarte.
*Yo le pregunté al silencio
y no supo contestar…
Qu’el
silencio no tenía
palabritas conque hablar.
Las penas no se reparten:
que solo y con media pena
no se va a ninguna parte. (Benítez Carrasco)
Para encontrarme conmigo
vuelvo a salir a la calle,
calle del tiempo perdido. (Manuel Alcántara)
*Pa qué tanto cavilar…
que agüita que lleva el río
de fijo llega a la mar.
Otra de las cosa a
tener en cuenta a la hora de escribir para el flamenco son los acentos y la
cuadratura, porque “copla que no esté bien cuadrá, es difícil de cantar”. La
copla debe estar medida, porque entra a compás de guitarra, y lo que sucede cuando
le sobran sílabas es que el cantaor se atropella, y no entendemos ná de ná. La
verdad es que es un poquillo complicado. Por eso, aunque yo no sepa cantar, si
tengo que saber como se canta, y ver donde se hacen los distintos quiebros para
no meter la pata y dejar cojo el cante.
Aparte de todo eso….
Que ya son tecnicismos, que con la práctica y el oído va uno adquiriendo. Poco más os voy a decir, aunque aún queda
mucho paño por cortar, pero los imperativos del tiempo mandan. Así que
resumiendo: los poetas que escribimos coplas flamencas, hurgamos en lo
profundo, intentando llegar hasta la médula del sentimiento, para sacar la
esencia de la poesía: de esa poesía breve y directa como la luz del rayo.
Cuajada de sentencias y verdades. Con vocablo de pueblo. Sin artificios
inútiles, que la enmarañen. Difícil, en su extrema sencillez. Nacida para ser
agua que se cumpla en otra fuente. De ser así… habremos alcanzado la exactitud
, y sólo nos resta dejarnos llevar a los dominios del escalofrío. Traducido en
la renuncia a la vida propia, en pro de la eternidad.
Porque… como decía Machado:
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son….
Carmen Aguirre
28-6-2009
(Nota: las coplas
marcadas con asterisco son de mi autoría)