sábado, 21 de febrero de 2015

EL LATIDO DE LA COPLA FLAMENCA


                                                 CONFERENCIA
ÁULA DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA

EL LATIDO DE LA COPLA FLAMENCA

                                                   Carmen Aguirre


   Afirmaba García Lorca, “que una de las maravillas del cante jondo, aparte de la esencial melódica, consiste en los poemas”. Las coplas flamencas, (que así es como las llamamos los que andamos metidos por estos andurriales), nos trasmiten los pensamientos más profundos, alcanzando, en su gran mayoría, una especial altura lírica, que raramente se encuentra en la poesía culta.”

  Decía Manuel de Falla “que en el canto popular importa más el espíritu que la letra”. Todos sabemos que el cantaor, simplemente con sus ayeos, su gesto o su quejío, puede tensar la cuerda de la emoción… pero en su conjunto, el cante flamenco necesita de la palabra para expresar los sentimientos y dar su mensaje de dolor o de alegría; ya que la copla es el punto de contacto oral entre el que canta y el que escucha. Bien podríamos decir, como Luis Rosales, que la letra es, finalmente, el latido de la sangre... y despierta en nosotros la emoción de lo personal.


En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.


Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.

   Estos cantares son de Antonio Machado; y muchos poetas de fama universal, han entremezclado  en sus poemas, coplas llenitas del acento popular. 

 Así dice Alberti: 


Quiero un pañuelo bordado
 que tenga en sus cuatro picos
 tu corazón dibujado.
   

 

    Mi experiencia dentro de este mundo, es muy gratificante respecto al enriquecimiento de mi yo; puesto que descubrí hace ya unos cuantos años, que a través de la poesía flamenca, podía expresar todo lo que llevaba en mis adentros.  Porque el flamenco es un sagrado rito, en el cual los corazones sienten, con toda fuerza: el ritmo del amor, la hiel que destila el desamor, la alegría y el desconsuelo…. En fin, la inexplicable razón de la sinrazón que nos arrastra inexorablemente a fundirnos en un estrecho abrazo. Liberamos, entonces, -con la palabra- lo más íntimo de nuestro ser.

   En este poema que diré a continuación, trato de resumir lo que para mí encierran las coplas flamencas.

                                 ¡Coplas!...
                                 Coplas de mi Andalucía,
                                 las que encierran el misterio
                                 de la muerte y de la vida.

                                 ¡Coplas!
                                 Coplas de la pena amarga,
                                 lamentos del corazón,
                                 puñalito en las entrañas.

                                 ¡Coplas!
                                 Coplas con su sombra y luz,
                                 con su hiel y con su gloria,
                                 con su cara y con su cruz.

                                 ¡Coplas!
                                 Coplas que salen del alma,
                                 ramitos de sentimientos
                                 entre la miel y la lágrima.

                                 ¡Coplas!
                                 del pasado y del presente,
                                 del recuerdo y del olvido,
                                 de la vida y de la muerte.

                                 ¡Coplas!.....
                                 ¡Coplas de la tierra mía!





         De todos es sabido, que debemos ajustarnos al esquema métrico y rítmico del flamenco, y dependiendo del palo, la copla tiene una métrica y una temática diferente, aunque hemos visto que en algunos casos  la misma letra se hace por distintos palos.
   Por ejemplo, este Fandango de Lucena, que hacía Rafael Rivas, lo mete nuestro gran Antonio de Canillas, por cantes del Piyayo : 


          La mujer que a su marío
          le toma aborrecimiento,
          o está loca del sentío,
          o es que quiere otro instrumento
          que tenga mejor sonío.

                          ***
                                       

        Las coplas flamencas las podemos agrupar en diferentes apartados, bien sea por temática, por métrica o por lírica.  No es lo mismo hacer una letra por alegrías que por seguiriyas, ni tiene la misma temática unas bulerías que unas tonás. Porque ahora, en los tiempos que corren, se escucha cada cosa, que a mí se me caen los palitos del sombrajo . Hay una grabación por tonás, de hace unos cuantos  años,  que empieza así: “Me había enseñaíto/ funcionaria su oficina”….

   Y yo me pregunto… ¿qué pinta esa copla por tonás??? Las tonás están muy relacionadas con todas las andaduras del pueblo gitano y deben atenerse a  temas tradicionales: persecuciones, cárcel, pobreza,  penas, y todo lo relativo a los ritos laborales de esta raza, en especial a la fragua.
 
Yo sé que los tiempos cambian y que ya no estamos en la época de las galeras, pero sin embargo, hay otros muchos temas de actualidad, que tal vez se pueden adaptar a ese tipo de cantes. La guerra sigue estando  a la orden del día…. Y no digamos el hambre,  el terrorismo o la droga. Ya no hay galeras, gracias a Dios, pero sí pateras.

De todas formas, a mí me provoca más los sentimientos internos:

Así, por martinetes digo:


* Tengo una pena en el pecho
  que me está martirizando,
  y al golpe de los martillos
  más jonda se va clavando.


* Lloré con lágrimas secas
 de lo jondo del dolor,
 y al fin brotaron torrente
 pa aliviar mi corazón. 



                                          
    Las coplas flamencas requieren un vocabulario sencillo, que es el que habla el pueblo, aquí no valen los rebuscamientos ni las florituras, porque nada hay menos flamenco  que darles un lenguaje demasiado sofisticado. Fijaros, con cuánta flamencura y sencillez se expresaba D.  Manuel Machado en esta soleá:

Al cielo no miro yo,
porque me miro en tus ojos
que son del mismo color.


De Narciso Díaz de Escobar, “Poeta de los Cantares”, he escogido la siguiente:

No hay árbol que me de sombra,
ni fuente que me dé agua,
ni cielo que me dé sol,
ni amor que me dé esperanzas.


Y de Salvador Rueda es esta copla:

Si quieres darme la muerte
tira donde más te agrade,
pero no en el corazón
porque allí llevo tu imagen.


Del primer Cancionero de Coplas Flamencas de Manuel Balmaseda, (1881) es la siguiente:

Ya no tengo ná que darte,
a qué me lloras a mí,
si el remedio que tenía
era el alma y te la di.


  Pues ante estas coplas hay que descubrirse, por su belleza poética, por sus sentencias, su claridad y su espontaneidad;  porque encierran en unos pocos versos toda la filosofía existencial de lo humano.  De ahí su grandeza, que estriba en contar en tres o cuatro tercios toda la complejidad de los más altos momentos de la vida del hombre.

*Yo me pregunto el porqué
y no encuentro la respuesta…
Por qué Dios le da la carga
a quien le faltan las fuerzas.


   Una de las constantes en la vida, y sobre todo en el flamenco, es la muerte. Hay infinidad de letras alusivas a ella. Porque nada hay más cierto que lo único seguro que tenemos los mortales, es la muerte; y ésta se convierte en una presencia obsesiva y constituye junto con el amor y la pena, una de las temáticas fundamentales de las coplas flamencas. En nuestros cancioneros se invoca y se maldice la muerte, se anuncia con premoniciones y se relatan sus efectos.


         *Hasta a la muerte espanté,
que al verme tan desgraciao
cogió la puerta y se fue.


*Cuando yo me muera
  no lloréis por mí,
  que en la sepultura estará el remedio
  pa’ este sinvivir.





 El cante flamenco se alimenta de lo cotidiano, y aprovecha cualquier vivencia para expresarse. Se puede ver de hecho, en las coplas que  el Piyayo cantaba:

El día que nos casemos
tenemos que hacé un ajuste,
tú te casas con quien quiera
y yo con la que me guste.


Adiós patio de la cárcel,
rincón de la barbería,
que al que no tiene dinero
lo afeitan con agua fría.

                                                 ***

Nuestro amigo y gran aficionao,  el doctor D. Joaquín Martín. Nos dice en este par de coplas,  con toda la sencillez del mundo :

Mira que de campo soy,
me gusta el amanecer,
los terrones y trigales,
la luna al anochecer
y el aire de los jarales.


Si me tengo que morir
que sea en el campo abierto,
escuchando la perdiz
y a los soníos del viento.

Esos son parte de sus sentires, y los dice con toda la naturalidad, del pueblo llano.

Así que para él va esta copla por Serranas:


*Que tu cuerpo, serrana,
huele a canela,
a flor de mejorana
y a yerbabuena.
¡Rosas prendías
llevas en la carita,
serrana mía!

                                                     ***

        Por Malagueñas , escribió mi buen amigo y maestro, Paco Acosta, las siguientes coplas:

                                  Vivir contigo no puedo
                                   ni puedo vivir sin ti,
                                   si estás conmigo me muero
                                   si no estás me echo a morir,
                                   ya no sé ni lo que quiero.


                                   Al árbol de mi querer
                                   yo le puse cien puntales;
                                   tan firme lo apuntalé
                                   que cien grandes vendavales
                                   no lo pudieron torcer.

                         



     Por tangos de la Pirula, nos dice el poeta popular, de todos más que conocido: Antonio Beltrán Lucena.  La siguiente:

¡Dios mío no puedo más!
Este gitano celoso,
mi cuerpo lo va a enterrar.


En la fuente donde bebo
se me aparece tu cara.
¡No me puedo resistir!
Tengo que besar el agua,
¡qué  has hecho niño de mí!

                  *** 

De mi queridísimo amigo y estupendo poeta y escritor, Paco Urrutia, son las siguientes Soleares:

                                Las palabras que se dicen
                                se van en alas del viento,
                                lo que se siembra en el alma
                                echa raíces mú adentro.


                                Este amor recién nacío
                                en la cuna de tus manos
                                tengo que verlo crecío.
                                 



Y de  Paco Padilla,  mi hermano del verso, es el siguiente Fandango

A mi corazón latiendo
con premura noté un día.
¿Qué te pasa? ¡no lo entiendo!,
y me contestó enseguía:
¡déjame que estoy queriendo!

                  ****


     En cuanto a la métrica de las coplas flamencas,  os diré que las estrofas más empleadas son el tríptico, la quintilla y, sobre todo, las más numerosas son las estrofas  de cuatro versos octosílabos. 

       De tres versos :

                            Entre mi risa y tu llanto
                            hay un no sé qué de celos
                            y de olvío un no sé cuánto (Antonio Rincón)

                            
                             Pa cantar tienes que darme,
                             el vinillo, la guitarra
                             y una silla pa sentarme. (Juanita Torres)


                            Por la calle de mi pena
                            navega mi pensamiento
                            como un barquito sin vela. (Paco Rodríguez)
 

                           *¡Que si me callo reviento!
                             que la jiel se m’arrejunta
                             y me envenena por dentro.


De cuatro versos:

Andan diciendo de mí
que yo nací ya cansao;
no saben que lo aprendí
y el trabajo me ha costao.  (Luis Utrera.)


Un día el tren se me escapa
y otro lo están reparando,
y como llueve y no escampa
vengo a verte chorreando.  (Paco Acosta)

    
*El romero está en el campo
 y la lunita en los cielos,
 y el pobre corazón mío
                                yo no sé adónde lo tengo.


Y una quintilla por Cantes de Juan Breva:

                              *Hermosa tierra hechicera,
Málaga de monte y mar,
la que derrama la sal
y derrocha primavera:
¡Para ti va mi cantar!



    Yo disfruto haciendo todos los palos, pero especialmente las malagueñas,  seguiriyas y soleares. La malagueña, porque aparte de ser el cante de mi tierra, tiene que llevar unidos el sentimiento y el arte. Es un cante profundo y melancólico, con una dulzura natural, sobre todo en el estilo de la Trini.


La que quita la amargura,
alada cual mariposa,
con un perfume de rosa
embriagando de dulzura.
Toda llena de ternura,
de linaje y de nobleza.
El cante con más belleza,
más sentimiento y jondura
es la Malagueña pura:
¡Fuente y cuna de grandeza!

                                             ****

                                Haciendo por olviarte
creí que adelantaría,
cuando pasaron tres días
como loca fui a buscarte
porque ni el sueño cogía. ( de la Trini)


                             *Se dice que las ausencias
son la tumba del queré….
Y yo no logro entender
que sin tener tu presencia
te quiera más cada vez.

        
        


   Uno de los más grandes poetas flamencos, como fue y seguirá siendo, Manuel Benítez Carrasco, decía en su poema dedicado a la Seguiriya:

Con una pena sin nombre
la siguiriya se acerca
al pozo de la guitarra;
se mira en el fondo oscuro
del pozo de la guitarra;
se tira al sonoro fondo
oscuro de la guitarra;
y llora y casi se ahoga
de dolor y de guitarra;
y sube y luego se asoma
al brocal de la guitarra;
y allí canta.

Y la sangre por las venas
del alma y de la guitarra
pena y llora, canta y pena
por siguiriyas gitanas….


    Porque la siguiriya es un canto lúgubre, triste, es grito donde se vierten todas las tragedias del ser humano.

Tan sólo la sangre
fue lo que yo vi;
y como era de mis propias venas,
yo la conocí. (Balmaseda)


                              La gente te píe
riqueza sobrá,
y yo te pido, Parecito mío
salú y libertá.  (José Carlos de Luna)


                               Las que se publican
no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas. (Manuel Machado)


                             *Que perdí las lágrimas
 de tanto penar,
 y me hace falta volver a encontrarlas
 pa’ podé llorar.

                                          
                                               


Del poema del Cante Jondo, de Federico G. Lorca, he escogido: 


  
         LA SOLEÁ

Vestidas con mantos negros
piensa que el mundo es chiquito
y el corazón es inmenso.
Vestida con mantos negros.
Piensa que el suspiro tierno
y el grito, desaparecen
en la corriente del viento.
Vestida con mantos negros.
Se dejó el balcón abierto
y el alba por el balcón
desembocó todo el cielo.
¡Ay yayayayay,
que vestida con mantos negros! 

 La Soleá es el estilo que más acaricia el pueblo, y al tener distintas variedades  se presta, para que el poeta pueda traducir todos los estados de ánimo de su espíritu: Así se puede pasar de una alegre, a otra que cuente una queja, bien sea de celos, amores, desamores, bravatas o maldiciones; unas más serias y otras más desenfadadas.

Cada vez que considero
que me tengo que morir,
tiendo una manta en el suelo
y me jarto de dormir.


*Lo malo no es recordarte…
lo malo es que yo no puedo
ni un momentito olvíarte.


*Yo le pregunté al silencio
y no supo contestar…
Qu’el  silencio no tenía
palabritas conque hablar.


                               Las penas no se reparten:
que solo y con media pena
no se va a ninguna parte. (Benítez Carrasco)


Para encontrarme conmigo
vuelvo a salir a la calle,
calle del tiempo perdido. (Manuel Alcántara)


                               *Pa qué tanto cavilar…
que agüita que lleva el río
de fijo llega a la mar. 



                                              
  Otra de las cosa a tener en cuenta a la hora de escribir para el flamenco son los acentos y la cuadratura, porque “copla que no esté bien cuadrá, es difícil de cantar”. La copla debe estar medida, porque entra a compás de guitarra, y lo que sucede cuando le sobran sílabas es que el cantaor se atropella, y no entendemos ná de ná. La verdad es que es un poquillo complicado. Por eso, aunque yo no sepa cantar, si tengo que saber como se canta, y ver donde se hacen los distintos quiebros para no meter la pata y dejar cojo el cante.

   Aparte de todo eso…. Que ya son tecnicismos, que con la práctica y el oído va uno adquiriendo.  Poco más os voy a decir, aunque aún queda mucho paño por cortar, pero los imperativos del tiempo mandan. Así que resumiendo: los poetas que escribimos coplas flamencas, hurgamos en lo profundo, intentando llegar hasta la médula del sentimiento, para sacar la esencia de la poesía: de esa poesía breve y directa como la luz del rayo. Cuajada de sentencias y verdades. Con vocablo de pueblo. Sin artificios inútiles, que la enmarañen. Difícil, en su extrema sencillez. Nacida para ser agua que se cumpla en otra fuente. De ser así… habremos alcanzado la exactitud , y sólo nos resta dejarnos llevar a los dominios del escalofrío. Traducido en la renuncia a la vida propia, en pro de la eternidad.
 
Porque… como decía Machado:

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son….

                                                                      
 Carmen Aguirre 28-6-2009
                                                                                     
(Nota: las coplas marcadas con asterisco son de mi autoría)

5 comentarios:

  1. Cuanta copla bonita.. Que bueno Carmen !!! Gracias por compartir.. Besoss

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    1. Muchas gracias, Carlos. Me alegra te hayan gustado las coplas.
      Abrazos flamencos.

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  2. Decía mi abuelo, el hombre poeta aprende a enamorarse del tema de su poesía, la mujer poeta nace enamorá de to, y yo nací enamoráo de toas ellas. Que puñetero, ojalá hubiese podido leerla.
    Pero la verdad es que sus poemas enamoran aunque sean de desamor.
    Carmen, permitame enviarle un afectuoso saludo.
    Jerónimo Guillén

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    1. Muchas gracias, Jerónimo, por su comentario, y por reseñar las palabras de su abuelo, que me han encantao.
      Me alegro, que le gusten mis poemas... aunque sean de desamor.

      Un abrazo flamenco, desde Málaga.

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